Cuando se juega con el amor, existe el riesgo de recibir más del que puedas merecer.



viernes, 16 de septiembre de 2011

SIEMPRE SE PUEDE


Hay un refrán popular que dice: Nunca es tarde si la dicha es buena.
El reconocimiento hacia personas que te alientan y ayudan durante tus
malos momentos no tiene precio,pero es un deber hacérselo saber y
con otro refrán diría: Es de bien nacidos, el ser agradecidos.
Para aquellos que han pasado por mi vida y me ofrecieron su apoyo
va éste texto.

Si ves que estoy triste, cansado y hundido, ya casi sin fuerzas para
andar el camino...Si ves que siento que la vida es dura, porque ya no puedo
porque ya no sigo...Sé paciente y dime cómo es un comienzo, ven a retarme
con un desafío, tócame en el alma, devuélveme el latido y trae calor a éste
débil corazón mío...Yo sabré entonces encender una llama, aunque esté oscuro
con aspecto sombrío, volveré a ser fuego desde brasas quietas que alumbren
y revivan aunque esté frío.
Vuelve a recordarme aquellas palabras del primer paso para un recién nacido.
Muéstrame el coraje que se necesita para poder levantarse al haber caído.
Si ves que estoy triste y fuera del sendero, sin ver más espacios que el
de mis abismos, trae a mi memoria que también hay puentes y que hay alas
que te llevan a tu destino.
Que vamos armados de voluntad y bravura, que seremos siempre lo que hemos
querido, que somos pasajeros de nuestra propia vida y que todo nos guía hasta
encontrar lo perdido.
Que un primer paso y que un nuevo empeño, nos lleva al estado de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, se estremece, deshoja y retoña pero siempre
está erguido. Que el único trecho que va hacia adelante es aquél que pisa
nuestro pie extendido...Si me ves cansado, fuera del camino, solitario y triste,
quebrado y hundido...Siéntate a mi lado, cógeme las manos, entra por mis ojos
hasta mi escondrijo. Y dime, se puede, e insiste... se puede, que yo entienda
que puedo conseguirlo.Que tu voz despierte desde la certeza, al que de cansancio
se quedó dormido.
Y tal vez, si quieres, préstame tus brazos, para incorporarme nuevo y decidido.
Si me ves apartado, fuera del sendero, lleva mi mirada hacia tu camino, hazme
ver las huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro por donde has venido.
Y llegará contigo la luz a mi alma y la voz insistente para un nuevo inicio.
Cogeré otro rumbo porque te he creído, porque siempre se puede, se puede...
MI AMIGO.