Hay un refrán popular que dice: Nunca es tarde si la dicha es buena.El reconocimiento hacia personas que te alientan y ayudan durante tusmalos momentos no tiene precio,pero es un deber hacérselo saber ycon otro refrán diría: Es de bien nacidos, el ser agradecidos.Para aquellos que han pasado por mi vida y me ofrecieron su apoyova éste texto.Si ves que estoy triste, cansado y hundido, ya casi sin fuerzas paraandar el camino...Si ves que siento que la vida es dura, porque ya no puedoporque ya no sigo...Sé paciente y dime cómo es un comienzo, ven a retarmecon un desafío, tócame en el alma, devuélveme el latido y trae calor a éstedébil corazón mío...Yo sabré entonces encender una llama, aunque esté oscurocon aspecto sombrío, volveré a ser fuego desde brasas quietas que alumbreny revivan aunque esté frío.Vuelve a recordarme aquellas palabras del primer paso para un recién nacido.Muéstrame el coraje que se necesita para poder levantarse al haber caído.Si ves que estoy triste y fuera del sendero, sin ver más espacios que elde mis abismos, trae a mi memoria que también hay puentes y que hay alasque te llevan a tu destino.Que vamos armados de voluntad y bravura, que seremos siempre lo que hemosquerido, que somos pasajeros de nuestra propia vida y que todo nos guía hasta encontrar lo perdido.
Que un primer paso y que un nuevo empeño, nos lleva al estado de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, se estremece, deshoja y retoña pero siempre
está erguido. Que el único trecho que va hacia adelante es aquél que pisa
nuestro pie extendido...Si me ves cansado, fuera del camino, solitario y triste,
quebrado y hundido...Siéntate a mi lado, cógeme las manos, entra por mis ojos
hasta mi escondrijo. Y dime, se puede, e insiste... se puede, que yo entienda
que puedo conseguirlo.Que tu voz despierte desde la certeza, al que de cansancio
se quedó dormido.
Y tal vez, si quieres, préstame tus brazos, para incorporarme nuevo y decidido.
Si me ves apartado, fuera del sendero, lleva mi mirada hacia tu camino, hazme
ver las huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro por donde has venido.
Y llegará contigo la luz a mi alma y la voz insistente para un nuevo inicio.
Cogeré otro rumbo porque te he creído, porque siempre se puede, se puede...
MI AMIGO.